miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL PAN DE CADA DIA



Pasaba del medio día, el olor de pan caliente invadía aquella calle,
un sol escaldrante invitaba a todos a un refresco...
Ricardito no aguanto el olor rico del pan y dijo:
Papa·, tengo hambre!!!
El padre, Agenor, sin tener un centavo en el bolsillo, caminando desde muy temprano buscando un trabajo, mira con los ojos mareados al hijo y le pide un poco mas de paciencia...
Pero papa·, desde ayer no comemos nada, tengo mucha hambre, papa·!!!
Avergonzado, triste y humillado en su corazón de padre, Agenor le pidió al hijo que esperara en la vereda y entro en la panadería que estaba en frente... Al entrar se dirige a un hombre en el mostrador:
- Señor, estoy con mi hijo de tan solo 6 años en la puerta, con mucha hambre, no tengo ninguna moneda pues salí temprano para
buscar un empleo y nada encontré, le pido que en el nombre de Jesús me de un pan para que yo pueda matar el hambre de mi hijo, en
cambio puedo barrer el piso de su establecimiento, lavar los platos y vasos, u otro servicio que usted necesite.
Amaro, el dueño de la panadería se extraño de aquel hombre de semblante calmo y sufrido, que pide comida a cambio de trabajo y le dijo que llame al hijo...
Agenor tomo al hijo de la mano y lo presento a Amaro, que inmediatamente les pidió que los dos se sienten junto al mostrador, donde mando servir dos platos de comida del famoso PH (Plato Hecho)arroz, poroto, bife y huevo..
Para Ricardito era un sueño, comer después de tantas horas en la calle...
Para Agenor, un dolor mas le invadía, ya que comer aquella comida maravillosa lo hacía recordar a la esposa y a dos hijos que quedaron en casa solamente con un puñado de arroz...
Gruesas lagrimas bajaban de sus ojos ya en el primer bocado...
La satisfacción de ver a su hijo devorando aquel plato simple como si fuera un manjar de los dioses, y el recuerdo de su pequeña
familia en casa, fue demasiado para su corazón tan cansado de más de dos años de desempleo, humillaciones y necesidades...
Amaro se aproximo a Agenor y percibiendo su emoción, bromea para relajar:
Oh, María!!! Tu comida debe estar muy fea... Mira a mi amigo, hasta esta llorando de tristeza de ese bife!, ø será que es suela de zapato?!?!
Inmediatamente, Agenor sonrió y dijo que nunca comía comida tan apetitosa, y que agradecía a Dios por tener ese placer...
Amaro le pidió entonces que se tranquilice, que almorzase en paz y después conversarían acerca de trabajo...
Mas confiado, Agenor seco las lagrimas y empezó a almorzar, ya que su hambre ya estaba en las espaldas... Después del almuerzo, Amaro invito a Agenor para conversar en los fondos de la panadería, donde había un pequeño escritorio...
Agenor conto entonces que hacia mas de dos años había perdido el empleo y desde entonces, sin una especialidad profesional, sin estudios, estaba viviendo de pequeños trabajos aquí y allí", pero que desde hacia semanas no conseguía nada...
Amaro resolvió entonces contratar a Agenor para servicios generales en la panadería, y apenado, le prepara al hombre una canasta básica con alimentos para por lo menos 15 días... Agenor con lagrimas en los ojos agradeció la confianza de aquel hombre y marco para el día siguiente su inicio en el trabajo.
Al llegar a casa con toda aquella "cantidad", Agenor es un nuevo
hombre.
Sentía esperanzas, sentía que su vida tomaría nuevo impulso... Dios le estaba abriendo más que una puerta, era toda una esperanza de días mejores.
Al día siguiente, a las 5 de la mañana, Agenor estaba en la puerta de la panadería ansioso para iniciar su nuevo trabajo...
Amaro llego luego y sonrió a aquel hombre que ni Él sabia porque, estaba ayudando... Tenían la misma edad, 28 años, e historias
diferentes, pero algo dentro de Él lo llamaba para ayudar a aquella persona... Y, no se equivoco. Durante un año, Agenor fue el más dedicado trabajador de aquel establecimiento, siempre honesto y extremadamente celoso con sus deberes...
Cierto día, Amaro llamo a Agenor para una charla y le hablo de una escuela que abrió lugares para la alfabetización de adultos a una cuadra arriba de la panadería, y que Él tenia interés que Agenor estudiara...
Agenor nunca se olvido de su primer día de clase: la mano trémula en las primeras letras y la emoción de la primera carta...
Doce años pasaron desde aquel primer día de clases...
Vamos a encontrar al Dr. Agenor Baptista de Medieros, abogado, abriendo su oficina a su cliente, y después a otro, y después a
otros mas... Al medio día baja para un café en la panadería del amigo Amaro, que queda impresionado en ver al "antiguo empleado"
tan elegante en su primer traje...
Diez años pasan, y el Dr. Agenor Baptista, con una clientela en la que mezcla los más necesitados que no pueden pagar con los mas
adinerados que pagan muy bien; decidió crear una institución que ofrece a los desvalidos de la suerte, que andan por las calles, personas desempleadas y carenciados de todo tipo, un plato de comida diariamente a la hora del almuerzo...
Mas de 200 comidas se sirven diariamente en aquel lugar administrado por su hijo, el ahora nutricionista Ricardo Baptista...
Todo cambio, todo paso, pero la amistad de aquellos dos hombres, Amaro y Agenor impresionaba a todos los que conocían un poco de la historia de cada uno...
Cuentan que a los 82 años los dos fallecieron el mismo día, casi a la misma hora, muriendo plácidamente con una sonrisa del deber cumplido... Ricardito, el hijo, mando grabar delante de la "Casa del Camino", que su padre fundo con tanto cariño:
Un día yo tuve hambre, y me alimentaste.
Un día yo estaba sin esperanzas y me diste un camino.
Un día me desperté solo, y me diste a Dios, y eso no tiene precio.
Que Dios habite en tu corazón y alimente tu alma.
Y que te sobre el pan de la misericordia para extender a quien necesita!!!"
Historia verídica)
Si les parece que vale la pena, reenvíen esta historia, pues nunca es tarde para empezar y siempre es temprano para parar.

"La vida, No es un libro para estudiarla,
No es una pintura para observarla;
La vida es un camino, Con cuestas y valles,
pavimentado y empedrado, pero lo único que debemos hacer recorrerla...
así que levántate y anda!

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