La Mayoría de las personas viven, ya sea física, intelectual o moralmente, dentro de un círculo muy restringido de su potencial. Utilizan una parte muy pequeña de la capacidad de su consciencia, y, en general, de los recursos de su alma, como si una persona, a pesar de tener todo su cuerpo físico en buen estado, adquiriera la costumbre de mover sólo su dedo meñique.
Las grandes catástrofes y crisis nos enseñan que la magnitud de nuestros recursos vitales es mucho mayor de lo que imaginábamos.
Lo mejor es que todos los días, en todas las situaciones podemos ver cómo nos va. Nuestro mundo y nuestra vida nos está dando información constantemente sobre nuestro campo de energía, y cuando empezamos a crear un nuevo campo energético (a través de buenos pensamientos y emociones), los cambios que se producen a nuestro alrededor son pocos menos que espectaculares.
Mi enseñanza es que cada paso y cada esfuerzo vale la pena, porque no hay nada más GRANDE que vivir en armonía con el Universo.
BENDICIONES
EDWIN
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