No acumules en tu corazón anhelos de venganza, rezagos del mal…
Arrojalos de ti, perdonando y olvidando el mal que te hicieron con palabras, obras, denigraciones, calumnias e injusticias.
¡Olvida! Únicamente tú saldrás ganando con tu perdón, porque habrás liberado tu corazón del peso de la amargura y el odio.
Reflexión; perdonar y olvidar es poner a un prisionero en libertad, y descubrir que el prisionero eras tú.
BENDICIONES
EDWIN
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