
Corremos el peligro de dejarnos llevar por la ambición, de embriagarnos por la sed de novedades, de dejarnos envolver por una nube de facilidades a nuestro alcance, de dejarnos arrastrar a una espiral que puede acabar agobiándonos de exigencias.
Reflexión; conviene no perder nunca el control de uno mismo, aprender a discernir ante multitud de mensajes, productos y servicios, qué es importante y necesario y de qué cosas podemos prescindir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario