Prodiga rayos de luz luminosos de alegría en tus habientes. Así, tendrás un conjunto de personas que sentirán la alegría de estar contigo…
Si alguno de tus amigos, familiares o vecino se viera triste, sabría encontrar en ti su alegría.
La alegría es un rayo de luz que debe permanecer siempre encendido, iluminando todos nuestros actos y sirviendo de guía a todos los que se acercan a nosotros.
Derrama tu luz en todos los ambientes circundantes, porque la alegría es de Dios.
Reflexión; en tu interior hay luz, deja abiertas las ventanas de tu alma (por medio de la alegría) y todos los que pasan por la calle en tinieblas, serán iluminados por tu luz.
BENDICIONES
EDWIN
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