¿Qué son las Anclas Mentales? Bien, hoy quiero explicarlo de una manera bien sencilla, como decía Conny Méndez en “Palabra de a centavos” la manera más sencilla de explicar y comprender. Por supuesto que sabes lo que es un ancla ¿Cierto?, así que imagina que todo tu ser es el barco…
Las personas no solemos tener bajo control las anclas de este barco. Esto quiere decir que la mayoría de las veces, se sueltan ante el más mínimo movimiento. Eso hace que el barco se detenga donde no debe hacerlo. Las anclas deberían ser soltadas ante la orden del Capitán del Barco, una vez que está en aguas tranquilas, o cuando haya llegado a buen puerto nuestra embarcación. No antes ¿me captas?
Lo que quiero explicar y explicarme (porque estamos reflexionando juntos) es que nuestras anclas se sueltan sin que nadie de la orden. Están tan sensibles y tan poco aseguradas, que ante movimientos del barco, o tormentas, ya se lanzan por sí solas, mientras el barco avanza. Eso hace, que cuando hayamos recorrido un no muy largo trecho, seamos jalados, y como nos seguimos moviendo, daremos vuelta en círculos.
¿Y cual será el centro del círculo? El lugar donde el ancla está clavada. Vez, ahora sí estamos en problemas, no podemos avanzar, aparentemente estamos prisioneros de un elemento, de nuestro propio barco que nos hace dar vueltas en círculo, uno que no escuchó la voz del Capitán, sino que se suelta ante el menor inconveniente. Sencillamente esas son “Las Anclas de La Mente”.
Yo no estoy libre de ellas, a mí me hacen dar vuelta en círculos muchas veces. Yo no hablo con ninguna autoridad, sólo comparto lo que me pasa, y que sé que a la mayoría de las personas les pasa.
Cuando nos aferramos a algo a través de nuestra mente, estamos anclados. Vivimos la ilusión de que seguimos navegando, pero no es así. Nuestro barco está dando vuelta en círculos, y viviremos los mismos momentos una y otra vez hasta que digamos: ¡Ah!, es eso, estoy otra vez pasando por lo mismo, porque no he levado el ancla. Estoy prisionero de un círculo, y paso una y otra vez por los mismos lugares. No podré continuar con este viaje si no levanto el ancla.
Las anclas se suelen echar en los siguientes lugares, así que marcarlos en tu mapa de ruta: Mar del Miedo. Océano del Rencor. Mar de la Muerte. Mar de Dudas. Océano de la Desconfianza. Océano de los Deseos. Océano de las Expectativas. Mar de las Enfermedades. Mar de las Mentiras y el Engaño. Y el más difícil de los océanos: Océano de La Ilusión.
Te los hago marcar porque son los que están en mi mapa. Son aguas intranquilas, peligrosas, donde muchos barcos naufragan. ¿Me estas captando? Toda embarcación a la que se le suelten anclas en estas aguas, corren peligros de naufragio. Pero los buenos navegantes no huyen de ellas, por el contrario, las recorren para conocerlas.
Sólo debes entregarte al Capitán de tu barco. Y muchas veces creerás que está loco por hacerte atravesar estos sitios, y probablemente, cuando creas eso, ante el terror, dejarás caer las anclas. Hasta aquí la reflexión en forma de metáfora.
Mi reflexión; querido lector, “vive la vida y no dejes que la vida te viva”. No te conformes con entenderla. Identifícate con las situaciones que atraviesas, y que te tienen dando vuelta en círculos. Yo siempre tuve claro en mi mente de que volar es la “Libertad total”, ser libre para hacer lo que quisiera y desplazarme por donde quiera sin mirar atrás, solo que fui consciente y levante alas (con todo y anclas) y volar hacía donde mis propias ganas me lleven.
Aquí te dejo unas sabias palabras de una una Canción de Willy Colón que no hacen más que recordar que, “Si la vida te da limones, aprende hacer limonada”. Hazlo tú y conocerás realmente la persona que eres.
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