Mantén siempre, a la misma altura, la valentía del bien. No hablo de la valentía que se tiene con palabras, que es fácil. Contar proezas, todos sabemos…
Pero la valentía de luchar contra tus propios vicios es la que realmente vale, porque de allí vendrá el triunfo final.
Sé constante y perseverante, camina erguido hacia delante y hacia arriba, y mantén firme la valentía en las obras de todos los días en busca del ideal.
Reflexión; todos nuestros sueños pueden hacerse realidad, si tenemos el coraje y la valentía de perseguirlos.
BENDICIONES
EDWIN
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