Cuando no te aceptas como eres, te desgastas interiormente. Vivir rechazándose o con poca aceptación, hace daño…
Estás hecho a semejanza de Dios y eso no tiene comparación. Dios modeló con amor tu ser y todo lo que eres.
Reflexión; para poder amar a los demás empecé aceptándome como soy y confiar que mis decisiones son las correctas. Comprendí que soy única como mi huella digital.
Soy imagen y semejanza de Dios, y todos debemos aprender a aceptarnos, valorarnos y amarnos como somos. Somos una obra de arte del Altísimo.
BENDICIONES
EDWIN
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