No hay límite para elevar tu frecuencia, porque no hay límite para los buenos pensamientos que puedas tener, para las buenas palabras que puedas decir, o para las buenas acciones que puedas llevar a cabo.
Al transformar tu vida a través de elevar tu frecuencia, también elevas las de los demás. La frecuencia positiva de tu energía se propaga por todo el planeta alcanzado a todos los seres vivos, como la onda que se produce tras tirar una piedra al agua.
¡Elevarte tú, arrastras al mundo contigo!
Bendiciones
Edwin.
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