Creso, Rey de Lidia, estaba decidido a atacar a los persas, pero, aun así, resolvió consultar a un oráculo griego.
-Estás destinado a destruir un gran imperio, comentó el oráculo.
Contento, Creso declaró la guerra.
Tras dos día de lucha, Lidia fue invadida por los persas, su capital saqueada y el propio Creso apresado.
Indignado, pidió a su embajador en Grecia que volviese el oráculo para decirle que había sido engañados.
-No fuisteis engañados- respondió el oráculo al embajador. Habéis destruido un gran imperio: Lidia.
Mi reflexión; el lenguaje de las señales está ante nosotros para enseñarnos la mejor manera de proceder. Sin embargo, intentamos distorsionar esas señales, de modo que“concuerden” con aquello que queremos hacer a toda consta.
BENDICIONES
EDWIN
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