Pon atención a lo que estás haciendo. El ayer ya se te fue de las manos. El mañana no llegó aún. Vive el momento presente porque tu futuro depende de él.
Trata de aprovechar al máximo el momento que vives, sacándole toda la santidad que puedas, para tu perfeccionamiento.
Reflexión; no olvides que somos la expresión de lo que pensamos. El pensamiento forja nuestra vida del mañana. Aprovecha, por lo tanto, el minuto que vives para la construcción de un futuro halagüeño.
BENDICIONES
EDWIN
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