Pon todo tu celo en ser cortés y educado con todas las personas. Contempla las normas de cortesía no como rígidas normas que se interponen sin motivo y que coartan tu libertad, sino como oportunidades que se te conceden de poner en práctica tu humildad, de desarrollar tu amabilidad, de alimentar tu gratitud, de fomentar tu responsabilidad y demostrar tu elegancia.
La amabilidad es generosidad y hay que derrocharla. Hay que ser amables con todo el mundo, no solo con las personas que conocemos. Está en tus manos hacer la vida más agradable o tolerable a los demás. Relaciónate con naturalidad y amabilidad.
Reflexión; La amabilidad abre puertas, unifica culturas y ayuda a una convivencia mejor. Sé cortés y educado con todas las personas sin reparar diferencias físicas, raciales o religiosas, sin preocuparte por el aspecto externo de nadie. Trata a todos con educación, con cariño y conviértete cada día en mejor persona.
BENDICIONES
EDWIN
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