Los seres humanos somos una especie llena de contradicciones. Primero, les colgamos a determinadas personas las etiquetas de “importantes” por sus bienes materiales, sus títulos, el cargo que ostentan o simplemente por poseer cualquier otra cosa que se salga un tanto de lo común. Y luego, una vez que lo hemos elevado a la categoría de Personas Superiores, ¡nos quejamos porque pensamos que nos miran por encima del hombro!
Eso tiene tanta lógica como echarse un cubo de agua a la cabeza de uno mismo y luego quejarse de que está empapado.
La solución al problema es bien simple, porque nadie puede mirarte de arriba abajo a menos que tú lo mires de abajo arriba. Como eres tú quien les has elevado un pedestal a estas personas para que se sientan por encima de lo que son en realidad, simplemente devuélvelos a su tamaño natural. Date cuenta de que, sea lo que sea lo que les haga diferentes a ti, no por ello les hace mejores.
Despojadas de sus oropeles, las personas a fin de cuentas son sólo eso, PERSONAS.
BENDICIONES
EDWIN.
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