En la vida te pueden herir, maltratar o destruir, sólo si tú lo aceptas…
Es en nombre de tu libertad que tú decides quien te hiere y quién no. Es tu libertad la que decide aceptar o rechazar la ofensa.
No permitas que te arrojen en el suelo o que te dejen como inválido en tu interior.
Reflexión; en tu interior sólo tú mandas, sólo tú ordenas y decides.
BENDICIONES
EDWIN
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