Acuérdate de que cosecharemos, infaliblemente, lo que hayamos sembrado. La riqueza no depende de los dineros que hayas acumulado…
El que tiene riquezas y no sabe ayudar al prójimo, es pobre. El que guarda con avidez los dones recibidos de Dios, es pobre. El que no sabe decir una palabra de aliento o mostrar una sonrisa que estimule, es pobre.
Pero el que, teniendo poco o absolutamente nada, sabe darse para ayudar al prójimo, ese es rico, inmensamente rico.
Reflexión; con esto, quiero recordarte, que cada uno recoge, ni más ni menos, lo que sembró. Siembra Abundancia a la humanidad y recogerás Riquezas hasta convertirte en un ser Millonario y Afortunado.
BENDICIONES
EDWIN
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