Para triunfar necesitas grandes principios que te rijan en la vida; valores sólidos, arraigados en tu corazón, para que la tempestad o la borrasca cotidiana no te desvié de tu camino.
Para triunfar, primero recuerda que eres un ser humano: no un ángel ni una bestia. Entonces, tu trabajo es descubrir la maravilla de lo que representa ser hombre o mujer, con sus grandezas ilimitadas, cual vasija de barro en manos del alfarero.
Reflexión; Tú tienes un pasado, un presente y un futuro. El pasado amalo, el presente vívelo y al futuro; ¡Prepáralo!
BENDICIONES
EDWIN
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