El contacto físico no es sólo agradable, es necesario para nuestro bienestar psicológico, emocional y corporal; acrecienta la alegría y la salud del individuo y de la sociedad. Y claro que eso es definitivamente real. Todos funcionaríamos mejor durante el día, si abrazáramos o nos dejáramos abrazar.
Si bien es cierto que dar o recibir un abrazo es algo simple y cotidiano, casi todos desconocemos la dimensión de plenitud que nos proporciona. Los expertos en la materia, tienen mucha razón al decir que en su forma más elevada, “abrazar es también un arte”.
Una de las formas más naturales y espontáneas de demostrar afectos es a través del abrazo. Si bien hay muchas formas de tocar, el abrazo es una muy especial y que contribuye de un modo muy importante, a la curación y la salud. El abrazo es asexual y por lo general reconocemos un abrazo cariñoso, consolador o juguetón, del abrazo de pareja. Cada uno tiene muy en claro que tipo de abrazo está dando, ya que el abrazado responderá en el mismo tono.
El abrazo se da y se recibe al mismo tiempo. A veces uno es el abrazado y otras, el que abraza. Cuando se quiere un abrazo, no hay que esperar a que el otro adivine, es necesario pedirlo. Los hijos tienen que ver que sus padres se abrazan entre sí, también a sus amigos, así al crecer, estarán convencidos que es algo que no sólo se da entre amantes y cuando se siente atracción física por otro.
Este gesto se da en todos los niveles de relación interpersonal. Todos tenemos necesidad de tocar y ser tocados, de amar y ser amados. El amor retenido puede convertirse en dolor. Por ello, en el abrazo hay que ser humildes y vulnerables. Al abrazar, afirmamos la capacidad de descubrir la ternura y la alegría que hay en nosotros y la riqueza interior que nos nutre.
Hay que tener muy en cuenta que el abrazo, es una de las formas más puras de manifestar afecto y cariño y además, tiene muchos beneficios, como el de aliviar el dolor, la depresión, la ansiedad y la tensión; Acrecienta en los enfermos la voluntad de vivir y seguir adelante; ayuda a los bebés prematuros (que se vieron privados de contacto en sus incubadoras), a crecer y a fortalecerse; Hace que veamos con mejores ojos nuestra propia persona y el entorno que nos rodea; tiene un efecto positivo en el desarrollo del lenguaje y en el coeficiente intelectual de los niños;
Provoca alteraciones fisiológicas positivas en quien toca y en el que es tocado; mantiene en buen estado los músculos de brazos y hombros, ya que es un ejercicio de flexión y de estiramiento; afirma que somos seres humanos; Es democrático, ya que cualquiera es candidato para dar o recibir un abrazo; crea los lazos más estrechos entre los individuos, ya que rompe las barreras emocionales. El afecto, el contacto físico y el cariño, es algo demasiado importante. Es una de las necesidades fundamentales del ser humano, al igual que el agua y el alimento.
Si bien, en la generalidad, los hombres suelen demostrar con más facilidad su cariño, muchas mujeres quizás lo expresen sin mayor dificultad, pero no siempre sucede así. Puede ser que una barrera emocional impida demostrar afecto o, simplemente, al no haberlo recibido desde pequeños, sea difícil proyectarlo hacia otras personas. De hecho, es factible que el afecto recibido durante la infancia, determine la manera de darlo en el futuro. Tanto en el hombre como en la mujer, la ausencia de afectos en la infancia, puede marcar definitivamente nuestra personalidad como adultos; una persona que carece de afectos, suele ser rígida, celosa, posesiva y a veces insensible y violenta.
Normalmente, es gente muy dependiente de los demás en sus relaciones, ya sea matrimoniales o hacia sus padres o hijos. Otro de los rasgos de una persona que recibió poco afecto en su vida, es que suelen ser muy pasivas y se caracterizan porque aceptan todo, por miedo a quedar solas.
Mi reflexión es que , es preciso tomar consciencia de lo que se está compartiendo, del contacto físico y de la energía que se está entregando mutuamente. Cuanto más profunda sea una relajación, mejor será la experiencia del abrazo.
BENDICIONES
EDWIN
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