Algunas personas no tienen reparos en tratar de convencerte para que hagas lo que ellos quieren, aun cuando a ti te desagrade o lo encuentres inconveniente. Si accedes a sus peticiones, lo más normal es que luego eso te deja resentido, enfadado y con la impresión de que han abusado de ti.
Las excusas rara vez surten efecto para escapar de tales situaciones, porque los manipuladores suelen ser expertos en contrarrestar hasta el más hábil de los pretextos. La mejor solución resulta ser la más simple; basta con decir: “¡NO QUIERO HACERLO!” Decir “NO” a esa clase de personas no sólo es la mejor solución, sino que además no tendrás por qué darle ninguna razón para hacerlo. Si ellos no tienen ningún tipo de reparos en tratar de hacerte imposiciones, tú tampoco deberás tener ninguno en negarte a ello y más si perjudica tu persona.
Debemos ser claros y de está forma no generaremos confusión. Que nuestro “NO” nunca sea descortés ni agresivo, pero tampoco postergador ni ambiguo.
Dice el doctor en psicología Hugo Finkelstein en su poema “NO”; NO es no, hay una sola manera de decirlo NO. Es corto, rápido, monocorde, sobrio y escueto NO. Se dice una sola vez. Un NO que necesita de explicaciones y justificaciones, no es NO. NO, no me deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas.Ese NO, no es una negociación del pasado, es una corrección del futuro. Y solo quien sabe decir NO puede decir SI. Ese NO, no es una negociación del pasado, es una corrección del futuro. Y solo quien sabe decir NO puede decir SI.
Mi Reflexión; a éste poema del Dr. Finkelstein es en efecto, si aprendemos a decir “NO” y a valorar nuestro “SI”, habremos dado un gran paso en la conquista de una mejor calidad de vida sin renunciar al gozo del encuentro con los otros. Creceremos en lo personal hacia un mejor lugar y haremos crecer en esa misma dirección nuestras relaciones con los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario