Las desgracias, cuando suceden, suelen ser incompresibles. Sin embargo, es mejor no malgastar tiempo y esfuerzos lamentándose.
El pasado no se puede cambiar. En lugar de eso, piensa cómo evitarlas la próxima vez o, si son inevitables, cómo vas afrontarlas.
Una manera de hacerlo es vivir el presente, actuar, disfrutar de los pequeños buenos momentos que nos brinda el paso por nuestra existencia.
Reflexión; abramos todos nuestros sentidos de la vida. Cuanto más satisfecho podamos vivir nuestro camino hacia delante, seremos capaces de volver la vista atrás con comprensión, paz y tranquilidad.
Sin embargo, piensa que si no conservas los recuerdos dolorosos, los demás pierden su valor.
BENDICIONES
EDWIN
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