miércoles, 28 de agosto de 2013

CREE Y OBTENDRÁS LO QUE DESEAS.


Todas las personas al comienzo de su juventud saben cual es su leyenda personal. En ese momento de la vida todo es claro, todo es posible y no se tiene miedo de soñar
La vida nos pide constantemente  ¡Cree!
Creer que un milagro puede suceder en cualquier momento es necesario para nuestra alegría, pero también para nuestra protección, o para justificar nuestra existencia. En el mundo actual mucha gente juzga imposible acabar con la miseria, tener una sociedad justa, disminuir la tensión religiosa que parece aumentar cada día.
La mayor parte de la gente evita la lucha bajo los más diversos pretextos: conformismo, madurez, sentido del ridículo o sensación de impotencia. Vemos la injusticia que se aplica a nuestro prójimo y nos quedamos callados: “No voy a meterme en peleas”, es la explicación.
Está es una actitud cobarde. Quien recorre un camino espiritual carga consigo un código de honor que debe ser cumplido; la voz que clama contra lo que está mal siempre es oída por Dios.
A pesar de eso, de vez en cuando escuchamos el siguiente comentario: “Vivo teniendo fe en sueños, muchas veces procuro combatir la injusticia, pero siempre termino decepcionado”.
Un Guerrero de Luz sabe que ciertas batallas imposibles merecen ser liberadas, y por eso no teme las decepciones, ya que conoce el PODER de su espada y la fuerza de su amor. Él rechaza con vehemencia a quienes son incapaces de tomar decisiones y están siempre procurando transferir a los otros la responsabilidad de todo lo malo que ocurre en el mundo. Si él no lucha contra lo que está mal (aun cuando parezca superior a sus fuerzas), jamás encontrará el camino correcto.
Mi reflexión es que; tenemos siempre los recursos necesarios para enfrentar las tempestades que la vida nos prepara, pero la mayor parte de las veces estos recursos están encerrados en el fondo de nuestros corazones, lo que nos hace perder tiempo enorme intentando encontrarlos, y cuando los encontramos, ya hemos sido derrotados por la adversidad.
Estemos por lo tanto, siempre preparados, pues en caso contrario o perderemos la oportunidad o perderemos la batalla.
Bendiciones
Edwin

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