¿Qué es la Tragedia? Es un cambio radical en nuestras vidas, siempre unido al mismo principio: La pérdida. El sufrimiento es siempre el resultado de una pérdida, sea de alguien o de algo, como la salud, la belleza o las condiciones financieras.
Cuando te encuentras ante una pérdida, no sirve de nada intentar recuperar lo que ya se fue. Por otro lado, un gran espacio ha quedado abierto en tu vida, y allí está, vacío, esperando ser llenado con algo nuevo. En el momento de la pérdida, por más contradictorio que parezca, estás ganado una gran porción de Libertad.
Pero la mayoría de los hombres, ante la tragedia, llenan ese espacio con dolor y amargura. No piensan nunca que hay otras maneras de encarar lo inevitable. En primer lugar, aprendiendo la gran lección de los sabios: La paciencia, la certeza de que todo “bueno o malo” es transitorio en esta vida. En segundo lugar, utilizando este súbito cambio de rumbo para arriesgar sus días en nuevas cosas que siempre soñaron hacer.
Cuando se trata de la muerte de un ser querido, debemos tener en cuenta que la sensación de muerte existe solamente para quien se queda aquí. Mi modo de pensar es que todo ser querido, al partir, se transforma en nuestro protector; después de pasado el período de duelo, debemos alegrarnos porque estamos más protegidos. Igualmente un día estaremos del otro lado, protegiendo a las personas que amamos aquí.
Pero existe algo que es imposible medir, y es la intensidad del dolor. Sabemos que una persona está sufriendo porque ella nos lo cuenta, pero no podemos evaluar exactamente cuánto. Muchas veces intentamos comparar la actitud de una persona ante la tragedia y terminamos por juzgarla más fuerte o más débil de lo que realmente es. No podemos comparar el dolor ajeno con nada; sólo quien está sufriendo sabe lo que está pasando.
Por lo tanto, cuando la tragedia inevitable aparece, es preciso recordar estos tres puntos: aprovechar la libertad de la pérdida, no juzgar el dolor y aprender el arte de la paciencia. Ella destruirá gran parte de aquello que tú eres, pero el resto te transformará en una persona infinitamente más fuerte.
Mi conclusión ante el dolor… de diez problemas que tenemos, nueve son creados por nosotros mismos: a través de la culpa, del auto-castigo, de la auto-compasión. Sin embargo, de vez en cuando aparece un gran obstáculo en nuestro camino que fue colocado allí por Dios y que tiene una única razón: Ofrecernos una oportunidad para cambiarlo todo, para caminar hacia delante.
Bendiciones y éxitos
Edwin
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