Las oportunidades pasan, NO llaman a nuestra puerta, sólo se deslizan por delante de ella como una brisa pasajera. Uno debe decidir tomarlas, aprovecharlas, o no.
Ser receptivos es la clave para no perder la ocasión de avanzar y seguir nuestro camino. Hay que abrir la “mente”, el “corazón”, el “alma”, el “espíritu”, y todos los sentidos para saber reconocer o descubrir las opciones que nos depara el “futuro”.
El Cambio es Crecimiento y Oportunidad. Tú puedes controlarlo; si quieres una vida mejor, de ti depende escoger mejor lo que haces y hacerlo tan bien como sepas. Debemos darnos opciones a nosotros mismos, tomar la “iniciativa”.
Reflexión; Sólo tienes que dar una oportunidad a tus cualidades, potenciar las positivas y reconducir las menos agradables.
En la vida, cuando se piensa y se quiere cambiar para mejorar la condición presente, se debe saber que nada cambiará si no se abre la mente y el corazón con el objetivo de reconocerse, permitiéndose la “creatividad” sin trabas, admitiendo las equivocaciones y aprendiendo de los errores pasados y presentes, de acuerdo con una actitud renovada y siempre conciliadora con uno mismo.
Para ello, no es necesario transformarse en la persona que nunca se ha sido; es más, hacerlo no es aconsejable.
BENDICIONES
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