viernes, 15 de agosto de 2014

LA VIDA ES HERMOSA.

Si te encuentras diciéndote que en el pasado las cosas estaban mejor en general, que nunca volverán los días en los que vivías con plenitud o que la vida era hermosa cuando tenías tantos años, cuando eras más joven o cuando ni siquiera habías nacido,
¿Te das cuenta de todo lo que te estás perdiendo?
Porque no valorar el momento actual y retrotraerte de manera permanente a algún punto inolvidable del pasado, en desmedro del camino que te encuentras transitando, no te permite disfrutar de todo lo bueno que te está sucediendo (siempre hay destellos que rescatar aunque esta instancia quizá no sea todo lo brillante que desearías).
De hecho, es probable que estés pasando por alto situaciones que te llenarían el alma e incluso te darían orgullo en distintos planos (amistades, familia, trabajo, etc.), al suponer que lo mejor ya ha quedado atrás y no se repetirá.
Además, estás cercenando tus reales oportunidades de felicidad a futuro, porque ya las has condenado: nada de lo que suceda tendrá siquiera un mínimo de intensidad o de esplendor en comparación con lo que experimentaste. Si así lo estableces, así será.
Rememorar hechos que nos ponen contentos es un ejercicio saludable. Incluso nos hacen sonreír en soledad e iluminan nuestro día.
Creer que es posible que otros sucesos positivos también tengan lugar nos coloca en una posición más cercana a que se produzcan, a darnos cuenta de cuando sucedan y, por ende, a recibirlos y a nutrirnos de ellos de la mejor manera.
La vida era y sigue siendo hermosa, aunque no tengas a todos tus seres queridos contigo o aunque sientas que, en alguna medida, ya has tenido tu parte de amor y de sufrimiento y todo eso ha quedado relegado a otra época.
Un nuevo siempre llega, con su amanecer único y con todas las posibilidades que brinda.
Hay más, mucho más para ti, esperando solamente que abras tu corazón y así permitas que se transforme en una realidad.
BENDICIONES

EDWIN

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