jueves, 28 de agosto de 2014

EL PARAISO INTERIOR

Solemos idealizar las épocas pasadas, sin darnos cuenta de lo que nos ofrece el presente. Debemos aprender a despertar y a valorar positivamente lo que tenemos en cada momento de la vida. Cuando recordamos paraísos personales del pasado, a menudo asociamos el bienestar de aquella época a los hechos más destacados que vivimos entonces.
Entonces, erróneamente, intentamos repetir aquello, pero vemos que no funciona. No nos damos cuenta de que esos sucesos no nos dieron la felicidad. El bienestar lo llevamos nosotros dentro. Ahora, lo que debemos hacer es recuperar ese bienestar básico, que habita en nuestra mente.

Ver las cosas con positividad, sin terribilizar y disfrutando de cada posibilidad que nos ofrezca nuestra vida actual nos ayudará a conseguirlo. El bienestar emocional es el bizcocho, la parte sustanciosa del pastel. Y lo que podemos hacer o tener, lograr o acumular,  son solo las guindas de esa tarta. No tienen demasiada importancia ¡Olvidémonos de ellas!
En los círculos budistas se suele decir que las personas neuróticas tienen la mente de un mono loco, que va corriendo y saltando de rama en rama para no llegar a ningún sitio sin acertar a conseguir nada. Del mismo modo, cuando sufrimos psicológicamente, no cesamos de buscar la solución a nuestra infelicidad de aquí y allá, y no la encontramos en ningún sitio.
La verdadera solución es detenerse  para darse cuenta que ya lo tenemos todo. No hay que buscar más, ni en el presente, ni “mucho menos” en el pasado.
Reflexión; cualquier tiempo pasado no fue mejor; eso es solo una ficción. Nuestro presente ya basta para disfrutar plenamente de la vida, y el futuro podría ser tan bueno o mejor si nos amoblamos muy bien la mente, si dejamos de quejarnos y nos ponemos a valorar positivamente lo que  poseemos.
bendiciones
EDWIN

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