Odio la hipocresía más que cualquier otra cosa, y no podría permanecer en un trabajo donde mis ingresos dependieran de ignorar los principios que quiero que gobiernen mi vida. El Creador te ha garantizado, que si te mantienes fiel a tus principios serás un ser humano exitoso, pertenecerás al verdadero orden de la nobleza; pero si no cumples ese veredicto, fracasarás.
Podrás tener un gran sueldo, pero esto no es garantía de éxito por sí mismo. Si ganar dinero se ha convertido en tu mayor prioridad, te has quedado atrás, sin importar cuánto hayas acumulado. Alguien decía alguna vez: “Es pobre quien no tiene dinero, pero es mucho más pobre el que sólo tiene dinero”.
Si tu dinero ha sido mal habido, si hay una mancha de avaricia en él, si la envidia y la codicia te han ayudado a acumularlo, si has pisoteado los derechos y la integridad de otros para conseguirlo, si hay una mancha de deshonor en tus acciones, o si alguien de dudosa reputación está entre tus allegados, no te enorgullezca de tu éxito, pues has fracasado.
Ganar dinero haciendo trabajo sucio es un mal negocio, no importa cómo tratemos de disfrazarlo. Hay miles de indicios dentro de ti que muestran que el CREADOR no te hizo para la mediocridad, sino para hacer el bien. Haz el bien, y el UNIVERSO y la infalible Ley de la Causa y Efecto te ayudarán, porque el logro de la rectitud es el PLAN DEL UNIVERSO.
El sólo hecho de que logres salir de una situación dudosa con valentía y que luches por el bien sin importar las consecuencias, hará que aumentes el respeto por ti mismo, te dará una mayor confianza y te infundirá aires de conquistador, en vez de conquistado.
Nadie pierde nada luchando por el bien con decisión, firmeza y vigor. Recuerda siempre que tienes una brújula dentro de ti, y la aguja apunta hacia el bien. Si no la sigues, corres el peligro de estrellarte o perder el rumbo. Tu consciencia es tu Brújula, la adquiriste cuando te embarcaste en el gran viaje de la vida. Es la única guía que de seguro te llevará sano y salvo al éxito verdadero.
Tu brújula “consciencia” no se debe dejar influenciar por la codicia o la deshonestidad. No debes dañarla. Necesitas dejarla libre.
Aquel que juega con la aguja de su consciencia, que la hala y la aleja de su estado natural, y que trata de convencerse a sí mismo de que hay estándares de conducta, “otras estrellas tan confiables como la estrella polar”, y se propone seguirlos, es un necio que se engaña a sí mismo y que sólo está invitando el desastre a su vida.
Reflexión; no debemos elegir un trabajo sólo porque nos ofrecen más dinero, una mejor promesa de una recompensa material, fama o publicidad; debemos elegir aquel que sacará a relucir nuestro potencial y nuestro carácter, que desarrollará nuestra mayor fortaleza, habilidades y nobleza personal. “Una Consciencia limpia es más importante que la riqueza y la fama”
BENDICIONES
EDWIN
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