VIAJAR CON MI FAMILIA ERA UN SUEÑO, QUE HOY LO CUMPLÍ, GRACIAS DIOS POR TODO.
Dicen por ahí que el motivo principal para estar vivos es el de cumplir un sueño…, que ese es el principal motor que nos mantiene conectados con esta vida o aferrados a ella, para aquellos que ya no quieren seguir viviéndola. Pero existe al mismo tiempo algo que no nos permite recordar o reconocer dicho sueño, y tiene que ver con lo que aún significa para nosotros estar vivos.
Vivir sigue siendo para nosotros una consciencia de posesión, en la que nos aferramos a las circunstancias, a las personas y a la vida misma como si fuera lo único que tuviéramos. En eso, en ese juego de temor a la pérdida, se nos va la vida…, sin haberla vivido. Y la verdad es que en este plano de existencia son pocos los que pueden saber si les queda un segundo de vida o muchos años más.
Por lo tanto, ¿De qué vale resistirse a la pérdida de cualquier cosa, en especial, de la vida, si no la estamos viviendo? La mejor forma de entregarnos a nuestra experiencia, es la de dejar que nuestra esencia aparezca como si nos quedara un segundo de vida; es más, como si ya estuviéramos muertos, pero conscientes de ello
¿Qué podríamos perder al entregarnos a una muerte consciente, despierta a cada segundo de acción vivida? Lo maravilloso de esta entrega o salto al vacío, es que la vida se abre, se nos ofrece precisamente como si no nos quedara ni un minuto más para vivir. Se nos ofrece en un acto de compasión, no de lástima, sino de amor incondicional, como cumpliendo el último deseo al condenado a muerte. En esos momentos, el condenado se atreve más que nunca a decir, a actuar, a aparecer, porque no tiene nada más a qué aferrarse, pierde la mochila que cargó por tanto tiempo y que estaba llena de necesidades, aprensiones y temores.
El sueño existe, y es uno que podemos manifestar despiertos, con los ojos bien abiertos y atentos a lo que las experiencias nos ofrecen para ayudarnos a aparecer. Porque de eso se trata, de aparecer de una vez por todas…, aunque la locura se nos note en los ojos o en nuestra respiración. Sólo así me siento bien, desparezco a lo plano y conquisto lo redondo y total, me olvido de mí mismo como constructor externo y siento la verdad que se agita en mi interior. No pienso esa verdad, sino que la vuelo, la palpo, la abrazo y me entrego con el todo lo que es, conmigo mismo.
Mi sueño pretende cerrar las puertas del cementerio y del infierno creado en nuestras mentes, para que no entre nadie más…, sólo habrá una puerta de salida por donde salga el muerto dispuesto a vivir en plenitud y consciencia. La vida es toda aquí y ahora, y aunque nos cueste vivirla así, nada vale más que intentarlo, lograr ese sueño que cada uno tiene y que nos despierta del olvido, que nos eleva nuevamente al sitial de dioses que somos.
Mi reflexión es que; nunca olvides que somos Creadores, sin miedos, arrojados, locos, vivos siempre y en todo lugar, eternos e infinitos. Cada uno tiene su propio sueño y está íntimamente ligado al sueño humano total, consciente y despierto. El sueño de la libertad que ya se huele a la distancia, que está a la vuelta de la esquina. Logra tu sueño… no lo dejes atrás.
BENDICIONES
EDWIN
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