A veces, cuando tenemos que tomar una decisión, sobretodo si se trata de un tema importante, nos bloqueamos. Pasamos días y días dándole vueltas a cada una de las posibilidades que tenemos a nuestro alcance pero sin decidirnos nunca a optar por una o por otra, ya que el miedo a equivocarnos nos paraliza, y cuando parece que nos hemos decidido por un camino, nos asalta la duda de si será el otro el correcto.
Esta falta de decisión puede provocar que perdamos muchas oportunidades en nuestras vidas tanto de prosperar como de ser Feliz, porque afectará a todos los aspectos de nuestra vida.
Decidir es un acto de valor. Es más que escoger entre una cosa u otra, es aceptar un reto, aceptar una responsabilidad y asumir valientemente las consecuencias de esas decisiones.
Lograr cambios significativos en la vida es algo que no muchas personas logran o no muchas están dispuestas a hacer, porque el camino no es fácil. Asumir riesgos y caminar por sitios no seguros no es cosa para todos, hay quienes prefieren transitar por caminos conocidos aún cuando estos les hagan sentirse “infelices o incompletos”, ocupando sólo un espacio en el mundo sin atreverse a proponer y marcar huella a su paso.
Mi reflexión es que; debemos valorar y agradecer a Dios tantas cosas valiosas que tenemos, no tanto en lo material, pues puede ser pasajero, más importante son nuestros valores espirituales, nuestras almas generosas, la familia que conformamos y nuestros cinco sentidos para poder ponerlos en marcha y conquistar cada sueño.
BENDICIONES
EDWIN
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