Nuestra vida son las obras de nuestros pensamientos y sentimientos.
Si te aferras a tu antiguo sufrimiento, te impides ver, sentir y experimentar todas las cosas buenas que deseas. Encuentra maneras constructivas de expresarlo, aunque eso signifique gritarle a la almohada o escribir tus frustraciones en un diario.
El pasatiempo favorito del mundo es lamentarse, pero tú puedes trascenderlo y cambiar tu vida en el proceso. Piensa en cuánta energía inviertes en quejarte de las cosas, y dale la vuelta.
Mi reflexión es que, cada vez que sientas la necesidad de lamentarte, detente y encuentra un modo para estar contento o habla de algo que te agrade. Tu psique te lo agradecerá y así expulsarás lo negativo de tu interior y dejarás espacio a la actitud positiva.
bendiciones
edwin
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