En lugar de preguntar qué puede hacer por ti el Universo, ¿por qué no te preguntas qué puedes hacer tú por él? Echa un vistazo alrededor y descubre esas pequeñas cosas que pueden surgir y que requieren tu colaboración, como la basura que hay en la calle y que se puede depositar en un contenedor o a esa señora mayor que necesita ayuda para llevar la compra.
No puedes esperar que el Universo se comporte de determinada manera a menos que tú lo hagas también.
Mi reflexión es; tomate un tiempo, periódicamente, para decidir qué mensaje estás emitiendo al mundo. Te ayudará a mantenerte en el camino que te lleva a conseguir tus sueños, o regresar a él antes de perderte por el camino.
BENDICIONES
EDWIN
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