Saber escuchar es una de las cosas más difíciles, es un Gran Arte. Casi nunca escuchamos porque estamos muy ocupados con nuestros problemas, ideas y opiniones, con el interminable parloteo de nuestras contradicciones, fantasías, mitos y ambiciones.
Difícilmente prestamos atención, no solo a lo que dice el otro, sino a los pájaros, a la puesta del sol, al reflejo del agua.
Si uno sabe escuchar, lo que exige una extraordinaria energía, entonces hay comunión completa, y el significado de las palabras, su construcción, tiene muy poca importancia.
De modo que debemos compartir plenamente la verdad o la falsedad de lo que decimos; y, aunque es muy difícil escuchar, solo escuchando se aprende.
BENDICIONES
EDWIN
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